El cierre se produce en cumplimiento de una disposición legal generada a partir de la consulta popular de mayo del 2011, cuando los ecuatorianos siguieron la sugerencia presidencial y se pronunciaron por la eliminación de casinos y salas de juegos, según una propuesta del gobierno del presidente Rafael Correa.
Las autoridades dieron como último plazo de cierre la medianoche del 16 de marzo y rechazaron extender el plazo. Los últimos ocho casinos en cerrar sus puertas pertenecían a los grupos franco-austríaco Montecarlo y al español Cirsa. Previamente, habían terminado sus operaciones otros 24 casinos. El cierre de todas estas actividades ha dejado unas 3.000 personas en el desempleo, aunque semanas atrás recibieron cursos de capacitación en otras actividades.
Hasta último momento estaban abiertos ocho casinos, que principalmente funcionaban en hoteles cinco estrellas. El gerente del casino Entertainment, el español Pedro Sánchez, afirmó en la red de televisión Teleamazonas, que "aunque esta noche cerramos, nosotros seguimos pidiendo que se revea el cierre".
"Una posible extensión de uno o dos años, nos permitiría ayudar a recuperar la inversión, 17 millones de dólares. Hemos invertido y reinvertido todo en Ecuador", dijo; y añadio que "lo que tenemos ahora que planificar es la exportación de todas nuestras máquinas de juego a otros países donde puedan seguir siendo utilizadas... pero eso no es tan fácil".