El texto que será votado en el plenario de la Cámara determina que el ganador de cada premio sea identificado por el CPF. “La Reserva tendrá el control absoluto sobre cada real que entre y salga de una sala de bingo”, garantizó el diputado, para quien el proyecto legaliza con una mano y castiga con otra a quien no respetara la ley. “Lo que hoy es contravención pasa a ser crimen, con pena de hasta cinco años de reclusión, multa y clausura”, dijo el diputado João Dado (PDT-SP), responsable de la base técnica del proyecto.
La aprobación de el proyecto resulta estratégica porque, además del efecto inmediato de reabrir miles de salas en todos los Estados, abre espacio para la liberación de otros juegos en el futuro, como casinos.
Un estudio encomendado por la Asociación Brasileña de Bingos, apunta al mercado de juego con un potencial de mover U$S 5.362.345.280 anuales, más del triple de lo que la Caixa mueve con todas sus loterías.