La lotería entró en vigor desde este lunes 18 y tendrá su primer sorteo en marzo, con previsión de repartir 239 millones en premios (U$S 137,6 millones).
Este proyecto había sido reglamentado por Lula en agosto de 2007 con las reglas para el nuevo juego, que utilizará los escudos de los equipos de fútbol de las divisiones A, B y C para las apuestas.
Los fondos serán administrados por la Caixa Económica Federal, banco estatal responsable por las loterías federales, que destinará 22% de lo recaudado para los clubes por concepto de derechos de marca, aunque luego de que hayan saldado sus deudas con el fisco.
Los clubes podrán convenir cuotas de hasta 240 meses para pagar deudas con entidades públicas como la Secretaría Impositiva de Brasil (SRFB) o el Instituto Nacional de Seguro Social (INSS). El objetivo es desahogar las arcas de los clubes y permitir que retomen su capacidad de inversión para, por ejemplo, evitar el éxodo de jugadores al exterior.
La participación de los clubes es voluntaria, pero para beneficiarse deberán tener una contabilidad separada para su actividad futbolística y publicar periódicamente resultados financieros. Se estima que los clubes adeudan al estado casi 1.000 millones de reales (unos U$S 576 millones) por impuestos, jubilaciones y seguro social.