Veinticinco personas jugaban en el local cuando la policia llegó. Estas y los empleados fueron llevados para la comisaría y liberados luego de haber prestado declaracioes. Además, fueron aprehendidas 34 máquinas tragamonedas.
De acuerdo con la policía, el dueño del establecimiento rompió las fajas de clausura colocadas en las máquinas luego de la primera prohibición. Algunas estaban programadas para recibir apuestas de más de R$ 9 mil (U$S 5.066). El propietario fue acusado por patrocinar juegos de azar y por el crimen de desobediencia.