l decreto, pionero en España, adaptó a la normativa autonómica esta “opción de gran tradición en diferentes países europeos”, que no se había “importado” con anterioridad a pesar del “tradicional interés de los vascos por la apuesta” y sus “manifestaciones” dentro de los deportes autóctonos. Se van a otorgar tres licencias a otros tantos empresarios, que tendrán que abrir un mínimo de ocho locales y un máximo de veinticinco, dedicados tanto a las apuestas deportivas como a las apuestas sobre cualquier otro tema. Además, podrán instalar máquinas auxiliares en establecimientos hosteleros, hoteles y equipamientos deportivos.
Como condiciones para participar en el concurso, las empresas deben tener un capital social mínimo de un millón de euros y fijar su domicilio dentro de la comunidad autónoma. La Dirección de Juego atenderá a criterios como la “solvencia, tanto profesional como financiera”, el “plan de negocio” presentado, la “tecnología y seguridad” de elementos y sistemas, la experiencia en el ramo y las características de los locales previstos.
El decreto deja claro que se podrán seguir realizando “apuestas tradicionales” en los frontones, si bien impone varios requisitos. Así, no podrá haber más de un corredor por cada cien espectadores, con un máximo de dieciocho. En las finales de torneos y partidos de campeonato, el límite por aforo subirá un 30%, aunque también se mantendrá el tope de dieciocho. Las apuestas no superarán los 600 euros y sólo podrán cruzarlas los asistentes al partido. La normativa también contempla como excepciones los envites en traineras y “herri kirolak”.