“Cuando los clientes hacen la conversión a pesetas, su percepción cambia totalmente, son 16.600 millones de pesetas y a eso nadie se resiste”, comenta una de las vendedoras de apuestas de la ciudad. Los loteros coruñeses comentaron que muchos de los que no son jugadores habituales, estos días, cubren apuestas al ver la publicidad y percatarse de la cantidad que pueden llegar a ganar. Los asiduos, en sorteos como estos, con botes tan elevados, “suelen cubrir más apuestas de las habituales, gastando unos diez euros de media”, afirman.
Una de las peculiaridades del juego y que ha arrastrado a muchos ciudadanos a las agencias es que el premio se repartirá seguro. Habitualmente, si no hay acertantes de primera categoría el pozo se acumula y se suma a la recaudación de la siguiente semana. No obstante, si en el sorteo del viernes no hay un ganador, se repartirá entre los acertantes de la categoría inmediatamente inferior y así sucesivamente hasta que aparezca un ganador que, finalmente, se lleve el premio.
También en Internet el fenómeno se ha visto aumentado de manera espectacular. Las ventas de Euromillón se han quintuplicado en la red. Incluso desde países como Italia, Alemania, o algunos latinoamericanos se reciben constantes peticiones, que no pueden ser atendidas por razones legales, que impiden comercializar el producto fuera de los países que participan en el sorteo.