Se trataba de un bingo de gran magnitud con casi 85 tragamonedas que ahora serán destruidas y del cual se supo por una denuncia anónima”, explicó el interventor del Instituto de Lotería y Casinos bonaerense, Francisco La Porta.
El funcionario afirmó que es la primera casa de juegos de esta magnitud que clausuran y que “lo que causa sorpresa es que se había montado todo con total impunidad, como si fuera realmente legal”.
De hecho, “ya tenían empleados contratados que trabajaban en la sala de máquinas y en un bar que habían dispuesto”, señaló La Porta, quien sostuvo que aunque comprende “la desilusión de esta gente, el Estado no puede permitir esta clase de acciones ilegales”.
“No puede haber una máquina en la provincia de Buenos Aires que no pague impuestos en el Estado provincial, porque lo que se recauda de las máquinas tragamonedas va destinado a muchos organismos sociales como seguridad, salud y educación y a los reclamos que la comunidad bonaerense hace permanentemente”, agregó.
“La comunidad tiene que entender que si asiste a estos lugares, lo está haciendo en forma ilegal, clandestinamente; y es en detrimento de lo que ellos mismos reclaman”, finalizó.