Legalmente constituidas existen 56 empresas dedicadas al negocio, los días viernes hay siete opciones para apostar y, por si fuera poco, hay cuatro juegos extranjeros: Play, Evening, Cash y Winy.
Aunque no hay datos exactos sobre los aficionados a las noches de azar en los casinos, se estima que los colombianos gastan al año 500.000 millones de pesos (U$S 235,9 millones) en esos negocios que funcionan todo el día y hasta el amanecer.
“Más que hacer millonarios, los casinos brindan entretenimiento y, como el cine o la rumba, cuestan”, afirma el vicepresidente comercial de Etesa, José Manuel Jaimes.
Lo que no faltan son apostadores. No en vano hay registrados en el país 3.200 casinos, 62.000 máquinas de “juego vivo” o ruletas y juegos de mesa y equipos electrónicos. Además, 23 loterías, un Baloto, el Superastro y el Ganagol. En lotería, los colombianos juegan cada año $400.000 millones (U$S 188,7 millones).
De todos los juegos legales (casinos, chance y loterías establecidos formalmente) le llegan a la salud cada año unos 500 mil millones (U$S 235,9 millones), según Claudia Ximena Muñoz, directora de Fedeloterías.
Panamá ocupa un primer lugar en América Latina, según la relación de establecimientos y población, y Colombia el segundo lugar según la misma relación, aún cuando en cifras concretas, brasileños y argentinos superan a los colombianos en la afición por las apuestas.
En los registros que dan cuenta del espíritu aventurero de los colombianos quedan por fuera los juegos y apuestas ilegales, que según Fabio Villa Rodríguez, gerente de la Lotería de Bogotá, tienen entre el 30 y el 40 por ciento del mercado.
“Esto representa, cada año, unos 40.000 millones de pesos (U$S 18,8 millones) menos para la salud. Hay capturas, pero es un delito excarcelable”, agrega.
Los juegos en Colombia generan, además, 730.000 empleos directos.