De este modo, ingresarán a las arcas bonaerenses 230 millones de pesos (U$S 75,3 millones) “al contado inmediato” y otros 535 millones (U$S 175,3 millones) en 60 cuotas en concepto de pago de un “canon extraordinario”, según se informó.
La medida beneficia a 16 salas de bingo que explotan máquinas tragamonedas, cuyas licencias vencieron o vencen antes del 31 de diciembre, y a otras cuatro que tenían permiso hasta diciembre del año que viene. En tanto, el gobernador dejó en manos de su sucesor el criterio a adoptar con las licencias que vencen en 2009 (tres), 2010 (una), 2011 (dos), 2012 (una), 2013 (tres), 2014 (once), 2015 (una) y 2016 (cuatro).
En el decreto que ratifica la resolución del Instituto Provincial de Lotería que renueva las licencias de los bingos, Solá remarcó que el dinero que ingresará a las arcas bonaerenses permitirá “aliviar la presión que existe sobre los recursos provinciales, principalmente a partir de las medidas tomadas en materia de política salarial, que generaron un fuerte incremento de los gastos presupuestarios para el corriente ejercicio”.
Además, dispone que el 95 por ciento de los recursos quedarán para el Tesoro provincial, mientras que el 5 por ciento restante serán distribuidos entre los municipios “en proporción directa a la cantidad de población con necesidades básicas insatisfechas”, de acuerdo con el censo del Indec.
La idea original de renovar hasta el 2021 las licencias de las 46 salas de bingo que funcionan en la Provincia contemplaba que los concesionarios pagaran en conjunto un “canon extraordinario” (además del habitual) de 1.430 millones de pesos (U$S 468,6 millones), de los cuales 430 millones (U$S 140,9 millones) debían ser abonados este año y los mil millones (U$S 327,7 millones) restantes en 60 cuotas mensuales (cinco años).