l mandatario dominicano presentó un cambio al proyecto de reforma que había anunciado hace tres semanas y que generó el rechazo de las agrupaciones empresariales, sindicales y populares, así como de los partidos de la oposición.
Explicó que tras escuchar la posición de esos sectores decidió presentar un nuevo proyecto que presentará al Congreso Nacional.
“Mi interés consistía en escuchar sus puntos de vista y opiniones, pero, sobre todo, las recomendaciones y sugerencias que pudieran formularnos para enfrentar de la mejor manera posible la propuesta de rectificación fiscal que el Gobierno presentará este martes al Congreso Nacional”, señaló el mandatario en un discurso.
El presidente desistió de su propuesta inicial de fijar un nuevo impuesto del 10% a las habitaciones turísticas y cargarle un impuesto a varios productos de consumo básico.
Anunció que propondrá al Congreso Nacional nuevos impuestos a las bancas de apuestas, los casinos, los alcoholes y el tabaco, así como a la renovación de las placas de los vehículos de motor. En ningún caso señaló el monto de los nuevos impuestos que sugerirá.
Entre algunas de las medidas de control del gasto público, el mandatario dominicano dispuso congelar el monto de la nómina pública para el 2007, reducir el salario de los principales funcionarios de entre un 3% y un 10%.
Con esas medidas restrictivas el gobierno pretende obtener un ahorro de 4.142 millones de pesos (unos 125 millones de dólares).
El Gobierno dominicano debe producir un superavit de 35 .000 millones de pesos en el 2007 para cumplir con las exigencias del Fondo Monetario Internacional, entidad con la que firmó un acuerdo en el 2004 para hacerle frente a una crisis económica que sufrió tras la quiebre de tres importantes bancos privados en mayo del 2003.