La norma cambia 19 leyes, aunque Oltra puso el acento en la a su juicio sorprendente política fiscal. A la vez que cuestionó el alcance de las rebajas a las familias, denunció la reducción prevista del tipo de gravamen de la tasa del bingo, del 28% al 26%. Y más aún, la justificación que da la memoria económica.
El documento, tras dejar claro que la reducción no abaratará los cartones, “el importe se aplica a un incremento de la prima repartida en varias partidas”, explica, y añade que se ha tenido en cuenta “la evolución económica de este subsector del juego en los últimos años, que se encuentra en una cierta situación de estancamiento, formando parte esta medida de un conjunto más amplio destinado a la reactivación del sector” del juego.
Oltra cuestionó que sea una “prioridad” del Consell el que las empresas de bingo se queden hasta 10 millones de euros (el costo de la rebaja según la memoria) para continuar ganando dinero.