Según cálculos de Etesa, en la ciudad hay 125 locales clandestinos de apuestas, la mayoría en sectores comerciales. Legalmente, en la ciudad operan 517 sitios que el año pasado le dejaron a la salud 18.000 millones de pesos (7,7 millones de dólares). Asimismo, algunos de estos locales que operan en legalidad evaden impuestos por grandes sumas de dinero, y el monto no depende de las cuantías de las apuestas sino del número de juegos del local.
A pesar de ello, las autoridades de Etesa son optimistas con su evaluación. “Este mundo (de las apuestas ilegales) está en vía de extinción, y tiende a acabarse. Los “cuartos” (jugadores que apuestan fuertemente) se los llevaron los casinos grandes”, dijo José Jaimes, vicepresidente comercial de Etesa.