Declaraciones de Olavo Sales Da Silveira, presidente de Abrabincs

"El Poder Judicial es la estructura que puede devolverle el juego reglamentado a Brasil"

"Muchos municipios se beneficiarían con la reglamentación del juego, pero depende del modelo que sea aprobado", destacó Olavo Sales Da Silveira
11-02-2021
Tiempo de lectura 9:27 min
En una entrevista publicada por la Tribuna da Imprensa Livre (que reproducimos a continuación), Olavo Sales da Silveira, presidente de la Asociación Brasileña de Casinos, Bingos y Similares (Abrabincs), aseguró: “Un pequeño casino urbano o un bingo, en una ciudad de más de cincuenta mil habitantes, beneficiaría a toda la red hotelera, restaurantes, bares, teatros y centros comerciales; generaría oportunidades de empleo y de negocios. Un complejo hotelero integrado no cumpliría ese papel".

Durante años, Abrabincs ha realizado un intenso trabajo junto con las autoridades brasileñas para lograr la reglamentación de los juegos de apuestas administrados por iniciativa privada. ¿La pandemia afectó el proceso?

Abrabincs nació del esfuerzo de hacer viable una relación entre el mercado y las autoridades constituidas.

Al principio, buscamos ajustar la legislación que existía. Intentamos, de la mejor manera posible, satisfacer las necesidades de los bingos que tenían autorización para operar. Sin embargo, debido a la falta de una ley tributaria específica para la operación del juego, enfrentamos dificultades. Por ejemplo, no se puede confundir el ingreso con el volumen de ventas de las apuestas. De este modo, desde nuestra fundación, trabajamos con los organismos competentes.

Inicialmente, para ajustar la autorización que existía; pero cuando la actividad dejó de ser legal, cuando se hicieron modificaciones al Estatuto del Deporte, conocido como Ley Maguito, los artículos relativos a la autorización perdieron vigencia.

A partir de ese momento, los bingos se transformaron en una actividad lícita, pero desregulada. El Ministerio Público no lo entendió así y, al ignorar que el efecto de revalidación de leyes no existe en la legislación brasileña, condujo el proceso de tal manera que los bingos pasaron a ser una contravención.

Desde entonces, nuestra entidad se enfoca en buscar una legislación propia y adecuada para todos los juegos de apuestas por dinero administrados por iniciativa privada.

Con la pandemia de COVID-19 en 2020, el tema se paralizó en la Cámara de Diputados, en el Senado de la República y en los ministerios de Turismo, Deporte y Hacienda.

¿Abrabincs defiende la legalización de todos los juegos? ¿Los bingos y los casinos tendrían prioridad?

Abrabincs defiende la reglamentación de todas las modalidades de juegos de apuestas por dinero. No tiene sentido tener una legislación que privilegie a un tipo de juego y no reglamente a otro. Incluso porque, al haber demanda de una modalidad prohibida, que tiene emprendedores activos, ellos atravesarán las barreras impuestas.

Entendemos que el juego por dinero es una actividad lícita que debe ser reglamentada. Hoy, la modalidad de juego electrónico ha crecido exponencialmente.

Hemos visto, en 2020, la ampliación del universo de personas que buscan desafiar a la suerte en las redes. Las restricciones impuestas por el aislamiento social durante la pandemia trajeron cambios que debemos reconocer, estudiar y, claro, a los que debemos adaptarnos.

En la Cámara de Diputados en los últimos años se valorizó el tema de los complejos hoteleros integrados. ¿Este camino abre perspectivas concretas?

Después de las visitas a Brasil del recientemente fallecido empresario estadounidense del juego, Sheldon Adelson, quien tenía una fortuna personal estimada en más de 28.000 millones de dólares y era propietario de grandes casinos en Las Vegas y Macao, notamos que el tema comenzó a ser aceptado por las autoridades.

Él conversó con ministros, gobernadores e intendentes, y les mostró que los juegos de apuestas son un gran apoyo para el desarrollo de la actividad económica del turismo.

De este modo, el tema comenzó a recibir una atención especial en la Cámara de Diputados. Los legisladores entendieron que el juego, como parte de la cadena productiva del turismo, podría ser regulado.

Como presidente de Abrabincs no acepto este rumbo, porque Brasil reúne las condiciones para tener una oferta de casinos en las áreas de ocio, entretenimiento y cultura, así como los bingos.

Acepto que los complejos hoteleros integrados pueden contribuir con el desarrollo de municipios que viven del turismo, pero consideramos que debemos ampliar el horizonte y democratizar el acceso al juego.

Lo que Sheldon quería era dos casinos en San Pablo y dos en Río de Janeiro. Según su visión, esas grandes ciudades de Brasil iban a posicionarse como destinos turísticos de juego.

Pero eso no resolvería el problema. El modelo propuesto por el empresario estadounidense tiene destinos consolidados en el mundo. La persona que quiere hacer turismo de juego va a Las Vegas y a Macao, donde hay una infraestructura como jamás se instalará en otro lugar.

El modelo que proponemos para Brasil es el de los casinos urbanos, como los que encontramos en Inglaterra. Son casinos más pequeños, sin hospedaje, que sirven de complemento para quienes están haciendo turismo en esa ciudad.

Estoy hablando de quienes hacen turismo de ocio o de negocios, que a la noche, al tener la oportunidad, van a jugar.

Eso favorece a la red hotelera en su totalidad. Colocar un complejo hotelero integrado en Campos de Jordão sería privilegiar a un solo grupo. Ahora, colocar un casino urbano en Campos de Jordão traería más beneficios.

Un pequeño casino urbano o un bingo, en una ciudad de más de cincuenta mil habitantes, beneficiaría a toda la red hotelera, así como los restaurantes, los bares, los teatros, los centros comerciales, las ferias, los museos y los centros culturales. Generaría más oportunidades de empleo y de negocios. Además, estaría a la altura de los inversores brasileños. Un complejo hotelero integrado, que exige inversiones de entre tres o cuatro mil millones de dólares, no cumpliría ese papel. Ningún empresario brasileño participará de eso, porque quienes tienen esos valores, invertirán en el segmento en que actúan. Como los brasileños no actúan en el segmento de casinos, no participarán. Lo cual es correcto desde el punto de vista macro.

La cadena productiva del juego, reglamentada y pensada estratégicamente, puede contribuir al desarrollo de Brasil.

¿Cuál es el orden de prioridad para la instalación de la infraestructura del juego regulado en Brasil? ¿Río de Janeiro, San Pablo y Belo Horizonte ofrecen mejores condiciones que otras ciudades brasileñas?

Todo depende de qué modelo de juego se instale. Cuando pensamos en los complejos hoteleros integrados, entendemos que Sheldon buscaba la licencia para operar dos o cuatro complejos que estuvieran lo más cerca posible de metrópolis como San Pablo, Río de Janeiro y, probablemente, una ciudad central del nordeste o la capital, Brasilia.

Pero si buscamos actuar más democráticamente, si el proyecto se orienta a promover el ocio, el entretenimiento y la cultura, podemos pensar en todas las grandes ciudades de Brasil que tienen vocación para el turismo. Esos puntos tendrían cómo absorber la actividad del juego.

¿Cuáles son los proyectos de ley relacionados con el juego que hoy se debaten con fuerza y representación en el Congreso Nacional?

Durante los últimos treinta años, han pasado más de cincuenta proyectos de reglamentación del juego por el Congreso Nacional. Algunos nacieron del interés personal de uno u otro diputado.

Hay legisladores que reflotaron antiguos proyectos archivados para debatirlos en el Congreso. Pero los que tuvieron más impacto nacieron del esfuerzo colectivo en la lucha por la reglamentación de nuestra actividad. Estos se desarrollaron durante los últimos cinco años. Sin embargo, los diputados no aprueban los proyectos de ley; los diputados votan, aceptan o no aceptan los decretos provisorios. Son rarísimos los casos en que una ley es aprobada a partir de la iniciativa de una bancada.

Por ejemplo, los proyectos de reglamentación que tienen alguna chance de aprobación, son aquellos en los cuales un ministro de Estado se coloca el proyecto bajo el brazo e inicia el proceso con el aval del Gobierno.

Por este motivo, el proyecto que más chances tiene de ser aprobado es el que regula los complejos hoteleros integrados. Además, el Supremo Tribunal Federal (STF), que durante años tomó una posición contraria a la reglamentación del juego, adoptó iniciativas positivas recientemente. Consagró el derecho de las loterías estatales a reglamentar todas las modalidades de juego. Eso ocurrió en diciembre de 2020.

En mi opinión, esto es un cambio significativo en el STF. Como hay un proceso, en el STF, en el que se determinará si la Ley de contravenciones penales —la ley que prohibió los casinos en 1946— es inconstitucional o no, tengo la impresión de que el STF puede, en este caso, inclinarse por la autorización del juego.

La Ley de contravenciones penales es una herramienta obsoleta. Por lo tanto, hay grandes chances de que la reglamentación se produzca a través de la STF. Si esto sucede, el Gobierno federal se vería obligado a salir corriendo a reglamentar el mercado del juego en Brasil. Reglamentar todas las modalidades. Por lo tanto, hoy es más probable que la reglamentación se produzca a través del STF a que se produzca por un proyecto de ley en el Congreso Nacional.

Los estados y los municipios brasileños sufrieron un gran impacto negativo por la pandemia. ¿La reglamentación de los juegos de apuestas por dinero podría ayudar a la recaudación estatal?

Muchos municipios se beneficiarían con la reglamentación del juego, pero depende del modelo que sea aprobado. Si solo se aprueban los complejos hoteleros integrados, pensaremos en cinco o seis municipios que verían resultados a largo plazo. Si se aprueban los casinos urbanos, cualquier municipio con vocación turística se vería beneficiado.

Lo que está creciendo, debido a la pandemia, a la revolución científica y tecnológica, y a la relación cada vez más virtual entre las personas, es el juego electrónico. Sin embargo, esto beneficiará específicamente a las ciudades donde estas empresas de alta tecnología están instaladas.

En Brasil, seguramente, no serán muchas ciudades. Entonces, vuelve a producirse una concentración. Hay una tendencia a que la recaudación del juego vaya al Gobierno Federal y no a los estados o los municipios. Estos se beneficiarían de la instalación, la operación y los empleos que se generan. Los impuestos al juego casi siempre son del Gobierno Federal.

¿Cuál es la agenda de trabajo de Abrabincs para 2021?

Hoy, nuestra entidad tiene como línea de trabajo acompañar lo que sucede en todas las esferas políticas y empresariales. Buscamos dialogar con las grandes fuerzas institucionales que emiten opiniones y decisiones sobre la actividad del juego de apuestas por dinero administrados por iniciativa privada.

Trabajamos con reuniones técnicas, congresos y seminarios para propiciar el entendimiento. No creemos en la eficacia de los grupos de presión. El debate franco y abierto siempre es mejor.

Buscamos formar opinión. Intentamos llevar información al público, invitando a las autoridades a visitar países donde el juego está regulado. Pero los eventos internacionales fueron eliminados de la agenda en 2020, los de 2021 están comprometidos y las ferias de 2022 aún no tienen fecha.

Aquí en Brasil, la empresa Clarion Events, que se destacó en la realización de grandes eventos sobre el juego y planea crear una feria sobre el tema en el futuro, cerró sus actividades.

Cerró la agenda en todo el mundo. Solo preservó el evento ICE, que se realiza todos los años en Londres. Pero, por ejemplo, el último gran evento que realizó sobre el juego tuvo lugar en marzo de 2020. Por lo tanto, estas actividades de reuniones, congresos y ferias de negocios deben reconstruirse.

¿Planean seguir participando en eventos internacionales?

El Congreso del Juego Brasileño (BGC) fue un paso importante, porque estableció un formato de debate más abierto sobre la iniciativa de reglamentación del juego en Brasil. Incluso porque, como dije antes, los grupos de presión están muy desgastados ante los diputados. El país está muy dividido. Muchas bancadas no buscan lo mejor para el país, sino el poder.

Entonces, dentro del Congreso Nacional, veo una postura maniqueísta. Los grupos de presión, en las casas legislativas, no trajeron evolución.

El camino debe ser el del entendimiento constante con agentes públicos y privados. Tienen que tomar conciencia de sus responsabilidades.

El trabajo de Clarion Events en los congresos BGC se enfocó en que el Ejecutivo abrazara la causa. Pero, incluso dentro del Ejecutivo, hay divisiones por las posiciones dogmáticas religiosas y los preconceptos ideológicos. El juego sufre presión en todo el mundo.

Debemos hacer entender que la falta de una reglamentación da lugar a contravenciones y delitos. Y eso no le trae beneficios a la sociedad. Quiero destacar que todos los eventos organizados por Clarion Events han marcado los últimos cinco años. Infelizmente, se discontinuaron tras la salida de la empresa de Brasil.

El Ejecutivo Federal, en especial sus ministros, ¿aceptan la posibilidad de una reglamentación?

El Ministerio de Turismo viene trabajando con este enfoque, pero es una cartera que no tiene peso para conducir un tema de esa magnitud en el Poder Legislativo.

Los últimos cuatro ministros que pasaron por ahí abrazaron la idea de que los casinos son un apoyo para los equipos turísticos. Sin embargo, no tuvieron éxito dentro del ambiente que toma las decisiones.

El Ministerio de Hacienda, con una agenda de creación de recursos, ha tenido un desempeño más significativo. Pero enfrentó la resistencia del corporativismo de Caixa Econômica Federal (CEF). Embate que fue vencido, lo que nos permite pensar, en este momento, que por intereses económicos, Hacienda podría soñar con conducir la cuestión.

Sin embargo, a mi modo de ver, el Poder Judicial es la estructura que puede devolverle el juego reglamentado al país, mediante la adopción de la Acción Directa de Inconstitucionalidad (ADIN), al declarar inconstitucional la ley que cerró los casinos en 1946.

¿Cuántos años hace que usted trabaja por la reglamentación del juego en Brasil?

Me involucré en la actividad del juego cuando la Ley Zico N.° 8.672 de julio de 1993 autorizó la apertura de los bingos en Brasil.

Me centré en crear una asociación de empleadores para poder dialogar con la organización sindical de trabajadores de la actividad. Pero entendí que teníamos una tarea mucho más grande. La de adecuar toda la legislación sobre el tema. Teníamos que hacer una complementación. Teníamos la legislación federal, prácticamente estructurada por la Lotería Estatal de Río de Janeiro (LOTERJ), copiada en otros estados, que delegaba la reglamentación en las secretarías de hacienda de todos los estados.

Pero muchas de estas secretarías no tuvieron interés en la reglamentación. Porque la recaudación que generaban los bingos en esa época era de los municipios o del Gobierno federal. Es decir, esa legislación nació sin el acompañamiento de las autoridades constituidas, sin cautela, y eso fue extremadamente negativo. Nos quedamos sin directrices, ni parámetros. Sin límites, ni fiscalización.

Hoy por hoy, estoy al frente de Abrabincs, pero en los últimos años, la asociación se ha debilitado, ya que la actividad de los bingos está prohibida y solo es practicada por organizaciones que no buscan la reglamentación.

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