El bloque de Cambiemos reimpulsó el debate del controvertido artículo en la Cámara Baja por el que se pretende reformar la Ley de Turismo para evitar la privatización del juego de azar. “El proyecto está en comisión y, lamentablemente, no fue tratado y no hay voluntad ni del Ejecutivo ni del bloque oficialista para que se trate”, consideró el legislador José Antonio Artusi, impulsor de la iniciativa.
“Este Ejecutivo (más allá de algunas cuestiones coyunturales, de matices o estilo que pueden corresponder, en parte, a un escenario político diferente por el cambio de signo del gobierno nacional y por el equilibrio político que hay en la provincia) es la continuidad del anterior (de Sergio Urribarri), que impulsó aquella Ley, es decir, si se piensa en términos lógicos no hay demasiadas expectativas en ese sentido”, sentenció.
El proyecto busca cerrar definitivamente la puerta a la privatización del juego en la provincia, remarcó Artusi, ya que recordó que la advertencia que se realizó en 2010 sobre la privatización del juego se confirmó con el Decreto 3921/10 del Ejecutivo por el que se declaró de interés turístico provincial -y con ello se autorizó a prestar servicios de salas de juegos recreativos de azar o casinos-, al proyecto integral de emprendimiento turístico de Casino Victoria.
El legislador puntualizó que la derogación del artículo tercero “representaría la voluntad política de cortar toda forma o tipo de connivencia del poder político y los intereses empresariales vinculados al juego de azar, que son muy poderosos porque manejan muchísimos intereses en la provincia y el mundo, que, lamentablemente, en el último gobierno kirchnerista tuvieron un avance extraordinario”.
Desde el punto de vista práctico “sería la posibilidad cierta de que el Estado retome algo que hasta hace algún tiempo fue un acuerdo tácito entre todas las fuerzas políticas acerca del monopolio del Estado en la explotación de los juegos de azar, ya que es una forma de controlarse y controlar, porque la ludopatía es una adicción, que es un mal social que gana, lamentablemente, presencia en la sociedad”.
“Es muy distinto que la explotación de los juegos de azar esté en manos del Estado que puede auto limitarse, a que esté en manos de privados que nos les interesa la salud pública sino que les interesa fomentar esta adicción de este negocio que es muy lucrativo y seguro, ya que no tiene competencia porque cuando se hace por la vía legal el Estado concesiona a algunos, por lo que acarrea una serie de males y problemas sociales largamente estudiados y escritos”, aseveró.