Después de más de un año de fuertes disputas entre MGM Resorts International y Connecticut, un juez federal falló en favor del estado en la demanda presentada por la empresa en el verano de 2015.
La compañía se encontraba construyendo en la frontera con Massachusetts el complejo con casino MGM Springfield, emprendimiento que contempla una inversión de 950 millones de dólares, cuando el gobernador de Connecticut, Dan Malloy, firmó una Ley que permite a dos tribus (los Mohegan y los Mashantucket Pequot) a elegir la locación para instalar una sala de apuestas.
Con la decisión de instalarlo en la frontera, donde actualmente funcionan otros dos casinos, MGM Resorts decidió demandar al Estado de Connecticut al considerar que la nueva ley reflejaba un “favoritismo discriminatorio”. Por su parte, desde el gobierno alegaron que la ley permitió a dos tribus buscar una ubicación para su lugar de juego común, lo que no significa que le haya prohibido a cualquier otro operador que lo hiciera.
MGM Resorts ya ha apelado el último fallo en el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito. Connecticut aplicó su nueva ley para que los trabajos en el casino sean protegidos, y que se impida la salida de los importantes ingresos de juego de las fronteras del estado.