En la reunión se discutieron varios asuntos pendientes en el Congreso.
Para mejorar la caja del gobierno, Paulinho da Força sugirió la aprobación del proyecto de ley, parado en la Cámara, que legaliza los bingos. El diputado está ligado al sector desde hace mucho tiempo, pero el gobierno está en contra.
“Hay un proyecto en la Cámara que es la cuestión de los bingos. El gobierno habla mucho de dinero. El bingo da R$ 7 billones (U$S 4.069.860.000) de impuestos por año para el gobierno. Eso es el comienzo. En la Argentina, hay 700 mil personas trabajando en los bingos. Hay todo un sistema de control para eso. Hoy básicamente es posible controlar centavo por centavo de las máquinas. Y se ve la resistencia por parte del gobierno de aprobar los bingos. Ahí hay una fuente de recaudación. Es posible hacerlo. La gran mayoría está a favor de la aprobación de los bingos”, dijo Da Força.
El líder del PR, Sandro Mabel, coincidió con la sugerencia de su colega. Sin embargo, él tiene otro destino para esos R$ 7 billones (U$S 4.069.860.000): la salud. Defensor de un reajuste más grande para el salario mínimo, Mabel también está a favor de una “dosificación”, bajo el riesgo de que los más pobres sean más exigentes.
“Estoy a favor de que aumente el salario mínimo, pero creo que tiene que existir siempre una dosificación. Porque sino vamos dando la capacidad de ahorros y vamos creando más economía y no vamos teniendo la infraestructura para el personal más exigente. Y cuando más exigente está, más cosas quieren”, dijo.
“Podríamos darle una ayuda a la salud muy importante. Esa es la cuestión del bingo. El bingo es una cosa que existe, no es tributado, es clandestino. Quienes ganan con el bingo son aquellos que dan protección al funcionamiento clandestino, que no es el caso de nadie aquí”, agregó.