Además, el primer ministro prometió que el pago de las entradas se entregará a la caridad.
“Los tailandeses que quieran apostar podrán hacerlo, y así la Policía podrá ocuparse de otros cometidos en vez de tener que combatir el juego ilegal”, explicó Sundaravej, vencedor de las elecciones del 23 de diciembre, que restablecieron la democracia en el país tras el golpe de Estado militar de 2006.
A los tailandeses, en general, les encantan los juegos de apuestas y, como están prohibidos en el país, muchos recurren a los casinos instalados en Camboya junto a la frontera común.
La medida anunciada surge con el polémico Chalerm Yoobanrung, de 59 años de edad y a quien la prensa ha vinculado a las redes que controlan el juego ilícito de apuestas, al frente del Ministerio del Interior.
Tailandia recibió más de 13 millones de turistas el año pasado.