El SAT de México estableció un crédito fiscal de 591 millones de pesos (USD 31,3 millones al cambio actual) a la empresa dueña de los casinos Big Bola, propiedad de los hermanos Javier y Óscar Rodríguez Borgio.
Las omisiones más importantes, que abarcan casi el 92% de la deuda, fueron en contribuciones relacionadas con el negocio del juego: el aprovechamiento de 1% a la Secretaría de Gobernación (Segob), y el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que grava con 30% a los apostadores y retienen los casinos.
El crédito fiscal original contra Big Bola es por 144.5 millones de pesos, pero con actualizaciones, recargos y multas quedó fijado en 591 millones, según el mandamiento de ejecución que el SAT notificó desde el pasado 24 de mayo. Abogados de los casinos Big Bola informaron al diario local Reforma que los montos requeridos por el SAT están en proceso de compulsa y se busca llegar a un convenio de pago.
En 2014, Big Bola reportó ingresos totales por casi 7.300 millones de pesos, pero no pagó Impuesto sobre la Renta, alegando que su resultado fue de pérdida fiscal. Al cierre de junio pasado, la empresa reportó pasivos por 1.762 millones de pesos, incluidos 948 millones en "impuestos por pagar".
Comercial de Juegos es dueña de 18 casinos Big Bola en nueve estados y tiene un permiso por tiempo indefinido otorgado en 1997. En 2016, la Dirección General de Juegos y Sorteos autorizó a Big Bola a recibir apuestas por Internet y el año pasado le habilitó los sorteos Black Jack, Bacará, Texas Hold Em, Poker, dados y ruleta, adicional a las máquinas de bingo electrónico, similares a las tragamonedas.