Perry Christie, ex Primer Ministro de las Bahamas y actual líder de la oposición, le dijo a Bahama Journal que ha llegado el momento de revisar las leyes de juego de la nación para modernizarlas.
"Esta es una cuestión que no se puede posponer más, porque hay demasiada gente comprometida en el negocio del juego”, dijo Christie. El reconoce que, al impedir que los ciudadanos residentes apuesten, el gobierno ha generado una “economía oculta”, en la cual cientos de personas están empleadas por parte de salas de juego ilegales”.
El Primer Ministro Hubert Ingraham ha dicho que las actuales prohibiciones de juego son imposibles de hacer cumplir, y que consideraría la legalización del juego.
Incluso Christie, que se opone al juego, señaló la dificultad de comunicarles a los extranjeros ricos que se hacen residentes de las islas que no pueden jugar en el país. "Creo que se requerirá que todos nosotros, en la vida pública, abordemos este tema de una forma o de la otra".