El Consejo Empresarial del Juego (CeJuego) reveló los datos del estudio que realizó la consultora SIGMADOS, sobre la percepción y conocimiento que tienen los españoles respecto del sector privado del juego. Los números son sobre una muestra total de 1.863 personas y ofrece una visión acerca de los hábitos de consumo del jugador español.
El análisis refleja la instalación de ciertas modalidades como las apuestas deportivas, una industria específica que sufre la persecución por parte de los sectores y dirigentes antijuego del país. En la pesquisa sólo el 6% de los participantes asegura jugar esta modalidad, un número que baja de forma notoria cuando se le pregunta los entrevistados de ingresos más bajos (2%). Más llamativo aún es el hecho de que los estratos más pobres de la sociedad son los principales usuarios de las Rascas semipúblicas de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE). Esto genera que también un 75% de los encuestados, al conocer las medidas que se están imponiendo en el sector del juego privado, cree que se deberían establecer las mismas medidas para el juego público.
En el caso del juego privado, casi un 68% afirma jugar por diversión y ocio, y por las posibilidades de acertar y solo un 30% por el importe de los premios. En el caso del juego público, el 41% afirma jugar por tradición y costumbre, y un 31% por las posibilidades de acertar, al igual que otro 30% lo hace por el importe de los premios.
El 62% de quienes participaron del estudio afirmaron que los locales de juego y apuestas no deberían cerrarse, porque “cada uno es libre de ir o no ir”. De hecho, un 64% está seguro de que, si se cierran estos locales, el juego se trasladaría a otros lugares de manera ilegal.
Hace unas pocas semanas el Real Decreto de comunicaciones comerciales de las actividades del juego que regula la publicidad del sector de las apuestas y juegos de azar en España fue puesto en marcha. Números como los que expone este estudio ponen en jaque a uno de los principales argumentos de la prohibición, porque demuestran que se trata de una práctica minoritaria por parte del público en general.
"Existe una creencia errónea de que somos un sector poco regulado, cuando somos uno de los que históricamente más hemos cuidado el cumplimiento de la normativa. Abogamos por el juego responsable y cumplimos todas las medidas que se imponen tanto a nivel estatal como por Comunidades Autónomas y lo vamos a seguir haciendo siempre, porque forma parte de nuestra filosofía como empresas. El juego privado se practica en su gran mayoría por diversión y ocio, como muestran los datos, y en comparación con el juego público es minoritario, así que consideramos que debe regularse de forma justa, acorde a lo que realmente representa el juego privado en el mercado", declaró el director general de CeJuego, Alejandro Landaluce.
La industria del juego, incluyendo Loterías y Apuestas del Estado y Ia ONCE da empleo a 260.000 personas -85.000 empleos directos y 175.000 indirectos- en España. El negocio del juego supone un 0,38% del PIB, €326 millones en cotizaciones sociales, y genera unos ingresos en impuestos de €1.789 millones, en base a las cifras del último año.