Tras no poder abrir sus puertas durante todo un año de pandemia de COVID-19, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, decretó que casinos y salones sociales puedan reabrir cinco horas diarias con el 20% de su capacidad hasta el 26 de abril, cuando se reevalue la situación de los contagios. Además, quienes concurran a estos establecimientos tendrán que realizarse una prueba rápida para detectar la presencia del virus y sólo podrán pasar dos horas dentro.
Según registró El Economista, los casinos deberán cerrar a las 21 y llevar una bitácora que registre en forma permanente los ingresos y egresos a cada local. Las bebidas alcohólicas sólo se servirán los fines de semana, las pistas de bailes estarán prohibidas y la música no podrá pasar los 80 decibeles.
"Creemos que la economía debe caminar, pero si las cosas salen mal y las propias vacaciones nos generan una tercera ola de contagios grave, tendremos que emitir nuevas restricciones para evitar un impacto mayor de contagios", avisó el mandatario.
La decisión gubernamental fue celebrada por la Organización de Salones Unidos, aunque criticaron que deben realizarse inversiones para garantizar las medidas sanitarias exigidas.