El CEO de Red Rock Resorts, Frank Fertitta, declaró la semana pasada que el hotel-casino Palms y otros tres establecimientos de Las Vegas probablemente abrirían cuando la empresa esté segura de haber recuperado sus bases de clientes.
Red Rock Resorts es una sociedad de capital abierto, propietaria de una parte de Station Casinos. La empresa tiene cuatro establecimientos cerrados en Las Vegas: Texas Station, Fiesta Rancho, Fiesta Henderson y Palms Casino Resort. También es propietaria de Red Rock, Green Valley Ranch, Santa Fe Station, Boulder Station, Palace Station y Sunset Station, además de sus establecimientos Wildfire. Es dueña, además, del Graton Casino Resort al norte de San Francisco.
Fertitta contó que hay “dos bolsas” en las que entran los establecimientos, la base de clientes turísticos y la antigua base de clientes residentes de Las Vegas, según las transcripciones de su llamada sobre ganancias del martes, reportó KTNV. “Creo que el Palms está más orientado al mercado de turistas que visitan Las Vegas", dijo Fertitta, quien agregó que “ese negocio debe volver a la normalidad”.
“En cuanto a los establecimientos locales, vamos a continuar observando cómo responden los grupos demográficos de mayor edad luego de la vacuna y de que la actividad vuelva a la normalidad antes de hacer nada, salvo que podamos garantizarnos el flujo de efectivo”, añadió.
Reportes financieros del cuarto trimestre y cierre del año
Red Rock Resorts declaró el martes una pérdida de US$ 174,5 millones en 2020, que se compara a la pérdida neta de US$ 6,7 millones en 2019. Los ingresos netos del año cayeron un 36%, y bajaron de US$ 1,9 mil millones a US$ 1,2 mil millones.
El operador de casinos declaró un EBITDA (índice financiero basado en beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) ajustado de US$ 368,5 millones en 2020, en comparación a los US$ 509,0 millones de 2019. “La baja interanual del EBITDA ajustado se debió en su mayoría a los impactos de la pandemia de la Covid-19”, analizó Red Rock, quien al igual que la mayoría de los resorts de Las Vegas, encontró la solución a la baja de clientes recortando gastos en los sectores comerciales que no dan grandes ganancias.
Para el cuarto trimestre, reportó ingresos de US$ 343,4 millones, una caída del 25,5% en comparación al mismo periodo del año pasado, mientras que los ingresos netos fueron de US$ 49,6 millones, un aumento de US$ 42,8 millones. Los ingresos del casino alcanzaron los US$ 240 millones en sus operaciones de Las Vegas; unos US$ 15 millones menos que en el cuarto trimestre de 2019, aunque el EBITDA ajustado aumentó un 5,5%.
Con menos ingresos y menos gastos de operaciones externas al casino, como el servicio de bebidas y comida y las habitaciones de hotel, los márgenes más altos de las operaciones de casino ayudaron a los sectores más bajos. El EBITDA ajustado fue de US$ 150,5 millones en el cuarto trimestre de 2020, un aumento del 9,4%.