al como ocurrió en 2005, cuando se entregaron las primeras licencias de la "nueva industria", el actual proceso ha sido cuestionado por más de un grupo, que incluso han llegado a tribunales a tratar de paralizar el proceso.
En el caso de Marina del Sol, sus críticas apuntan a las bases de licitación y los desembolsos que deberán hacer de adjudicarse una plaza. "Los montos fijos están demasiado justos y dejan cero o muy poco de margen al negocio", dice Nicolás Imschenetzky, presidente de Marina del Sol, según declaraciones que publica el diario El Mercurio.
Esta firma, que ya opera los casinos de la "nueva industria" en Talcahuano, Osorno, Calama y Chillán, estudió a fondo las bases de cuatro de los siete casinos en disputa (Viña del Mar, Coquimbo, Iquique y Puerto Varas), y decidió que no pujará por ningún recinto de juego, asegura Imschenetzky. "No participaremos en ninguno de los siete procesos, salvo que por la vía judicial o la administrativa o alguien decida que hay que ponerle un parelé a esto, revisarlo, corregirlo y darle los tiempos necesarios", dice.
"El proceso en sí es un Frankenstein", señala, y pone un ejemplo: en el proceso de licitación de la "nueva industria" se contempla hacer un proyecto integral, que podía incluir hotel, un centro de convenciones, etc., que tenía un plazo distinto a la construcción del casino. En esta nueva licitación, el proyecto integral se redujo a un monto mínimo garantizado que los operadores pagan a los municipios, pero si quieren hacer obras adicionales, como un hotel, no tienen un plazo especial, sino que es el mismo que para el recinto de juegos.
¿La decisión de Marina del Sol es una medida de presión? "Si a alguien presionamos con esto y lo presionamos de buena manera, bienvenido sea. Presión en el buen sentido de la palabra, en el sentido de que no nos sentimos capacitados para postular, porque las condiciones no están dadas (...) Lo que no queremos es poner la plata, pagar intereses y no recuperarla nunca", plantea.