e estas cifras cerca del 66%, unos 211,6 millones de dólares, provienen de las máquinas tragamonedas. Lo restante, unos U$S 109,8 millones, fue generado por mesas de juego vivo.
Mientras Atlantic City tradicionalmente ve bajar sus ingresos en los meses de invierno, el impacto de la competencia en el sector de slots proveniente de Pensilvania y Nueva York se ha convertido en un formidable oponente para los resort casinos de la ciudad.
En comparación, las siete salas de slots que operan en Pensilvania, incluyendo las dos en los suburbios de Filadelfia, generaron 132,3 millones de dólares el mes pasado. Con la excepción del Harrah’s Chester Casino and Racetrack, que perdió un 5,9% en sus ganancias el mes pasado comparadas con las del mismo período del 2008, los otros cinco casinos de Pensilvania han incrementado su negocio en relación al año pasado. Cabe señalar que las siete salas de slots debutaron en febrero del 2008.
En contraste con esta situación, seis de los 11 casinos en Atlantic City encaran una posible bancarrota, incluyendo el Resort y los tres casinos de Trump, si sus ingresos siguen en baja.