Instalarían masivamente máquinas expendedoras

España: estudian sustituir el décimo de lotería por un recibo electrónico

10-12-2008
Tiempo de lectura 2:59 min
(España).- Loterías y Apuestas del Estado estudia sustituir el tradicional décimo por un recibo electrónico, similar a un ticket. Se podrá obtener en máquinas expendedoras que se instalarán masivamente en gasolineras, quioscos y restaurantes. Las asociaciones de lotería se unirán para evitar la desaparición del décimo de lotería, que tiene 200 años de historia.

Desde la Dirección General de Loterías, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda se quiere emprender un cambio revolucionario en el sistema de loterías español, que tendrá como última consecuencia la sustitución del décimo actual por un simple reporte electrónico sacado de un terminal, en el que figure la numeración que se juega. Adiós al decorado boleto oficial. Cuando se haga efectivo el cambio, en lugar de un décimo, los jugadores se llevarán un ticket que sacarán de una máquina, lo que llevará al cierre de muchas administraciones de lotería y la pérdida de miles de puestos de trabajo.

Según auguran los vendedores de lotería, este cambio traerá consigo el cierre y la casi total desaparición de la red de venta de loterías tal y como hoy se la conoce, dedicada en exclusiva a la comercialización de Loterías y Apuestas del Estado, por la imposibilidad de competir con miles de máquinas que presumiblemente aparecerán en gasolineras, kioscos, bares, restaurantes y cualquier tipo de comercio no especializado.

La situación es crítica y los afectados, las 4.200 administraciones de lotería que existen en España, se quejan no sólo de los cambios, sino de la desinformación y falta de diálogo que desde la Dirección general de Loterías tienen con ellos.

Según explica Manuel Izquierdo, presidente de Anapal (Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administraciones de Loterías), Europa avanza hacia la desaparición de los monopolios estatales de juego, por lo que se impulsa al mercado hacía su liberalización. Así, la industria de juegos del estado en España ha iniciado un proceso para separar sus funciones de regulador y comercializador de juegos, de tal forma que la parte reguladora seguirá dependiendo del Estado, mientras que el cometido comercial se cederá a un operador externo en el inicio de un proceso de privatización.

El problema viene, según alertan los representantes de los loteros, cuando se quiere aprovechar este cambio para “experimentar con unos juegos del estado que gozan de muy buena salud y con la red de ventas actual, profesional y que multiplica por seis la productividad del resto de las redes de Europa”. De hecho, la industria del juego estatal español factura 10.000 millones de euros anuales y supone unos ingresos de 2.700 millones de euros para el erario público.

Izquierdo, que ha vivido de cerca la negociación explica que antes del próximo 31 de diciembre se ha de presentar el proyecto sobre el futuro de la lotería, y todavía los representantes de los loteros no han recibido ninguna notificación. Al parecer, en septiembre se creó una comisión para estudiar la situación, pero no se ha dado ningún documento en el que se explique lo qué va a ocurrir. “El año pasado nos dieron unas 20 hojas en las que explicaban los cambios, pero sin membrete, ni firma, por lo que pueden negar que sean suyas”.

Desde las asociaciones quieren reivindicar que la lotería nacional española es un juego único en el mundo, la industria de juegos de estado que más ha crecido en Europa y la que más ha incrementado sus ventas dentro de nuestro propio país, por encima de bingos, casinos, once y tragamonedas, por lo que no entienden el empeño en cambiar algo que funciona. En este sentido, explican que actualmente los 4.200 puntos de ventas generan más beneficios al estado -con menos población y menos renta- que los 40.000 franceses o los 26.000 ingleses.

La clave, para ellos, es obvia, la profesionalización. Consideran que un empresario que tenga un negocio principal que le deje beneficios considerables, no va a desatenderlo para vender un décimo de lotería que le deja un margen de un escaso 3%. “Así acabarán con el interés de la gente en este juego, con la magia y con los puestos de trabajo de más de 12.000 personas que desarrollan su labor en estos establecimientos”.

La mayor incertidumbre, la tienen en los plazos. “Puede que estemos ante el último décimo de la Lotería de Navidad, o puede que no, porque nadie nos dice nada”, comenta Izquierdo. A este respecto, un portavoz de Loterías y Apuestas del Estado ha reconocido “que algo de eso hay”, aunque todavía “no hay nada definido” y todo es “un futurible”.

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