Bajo el acuerdo, Bally consintió, sin admitir o negar los descubrimientos de SEC, para cesar y desistir del pedido, que requiere que Bally permanezca en actual cumplimiento con las leyes de seguridad federales y las regulaciones relacionadas a los informes de la empresa, el mantenimiento de los documentos y los controles internos.
Bally cooperó totalmente con SEC durante el curso de la investigación. SEC no presentó cargos por fraude contra la empresa, así como tampoco multas, penalidades civiles o sanciones monetarias.
La investigación, que comenzó en febrero de 2005, está relacionada con las declaraciones financieras de Bally para el año fiscal 2003 y los primeros dos trimestres del año fiscal 2004, y el segundo y tercer trimestre del año fiscal 2005. Bally restableció los resultados financieros para los períodos afectados.
Richard M. Haddrill, Presidente y CEO de Bally, dijo: “Estamos contentos con esta
investigación del SEC, que permite dejar atrás estos temas así como continuamos ejecutando nuestras estrategias para éxitos de negocios a largo plazo”.