La mejora se debe al hecho de que durante esta temporada se han jugado quinielas durante 48 jornadas -la cifra más alta de siempre-, al elaborarse boletos que han contemplado encuentros tanto de la Copa del Rey como, por primera vez, de la Liga de Campeones.
Por lo que se refiere al fútbol, la recaudación récord supone que la Liga Profesional ingresará 56.732.781 euros (el 10% de la misma). De este dinero el 60% se reparte de forma igualitaria entre los 20 clubes de Primera (cada uno a 1.611.983,43 euros) y el 40% restante entre los 22 de Segunda (a 1.031.505 por cabeza), aunque a todos se les aplica un porcentaje de descuento para el Plan de Saneamiento y el mantenimiento de la seguridad en los estadios. Asimismo, el fútbol no profesional percibirá, a través del 1% que el Consejo Superior de Deportes libra a la Federación Española, 5.673.278 euros.
Según las cifras de Anpad (que sistemáticamente corrobora Loterías y Apuestas del Estado unos días después), hay algunos datos nada baladíes que destacan ahora, cuando el fútbol anda inmerso en una cadena de problemas económicos en muchos clubes y, a veces de forma malintencionada, algunos sectores se preguntan cuánto le cuestan al contribuyente las deudas del balompié.
Desde la primera temporada de la Quiniela (46-47) la recaudación neta ha sido de 11.591 millones de euros. De ellos, el Estado (sin contar lo que reciben las autonomías) ha ingresado para las arcas de todos 4.500 millones de euros, mientras el fútbol, que genera y soporta el juego y sólo recibe compensación desde la temporada 81-82, ha recibido 762.297.568,23 euros. Cabe preguntarse quién financia a quién.