La sala fue descubierta por agentes de policía de la Sección de Represión a Robos y Hurtos de Vehículos del DEIC (Departamento de Investigaciones sobre Crimen Organizado). Los agentes intentaban arrestar a Franklin Plácido Campozano, que es buscado por la Justicia del Espíritu Santo.
El acusado percibió la llegada de los investigadores y se escondió. Campozano trancó el establecimiento, dejando presos a los clientes. La puerta del frente fue derrumbada y en el local los policías encontraron 50 máquinas electrónicas. Cinco apostadores y un empleado del casino fueron detenidos, pero terminaron siendo liberados después de prestar declaraciones.