lgunos trabajadores dijeron que en los lugares donde trabajan ni siquiera les dan seguro médico y ganan un salario mínimo. Un empleado hispano del casino Morongo, de Cabazon, quien no quiso dar su nombre por temor a represalias laborales, resaltó que constantemente son objeto de amenazas por parte de sus patrones y subalternos.
Sin embargo estos clubes indígenas son un negocio que, según un reporte reciente de la Oficina de Investigación de California, genera siete mil 200 millones de dólares por año. Mientras prosiguen las protestas, los legisladores negocian con líderes de las tribus la ampliación de cinco centros en el sur del estado con la inclusión de 22.500 nuevas máquinas en lo que sería el crecimiento más grande en Estados Unidos.