La OMC el año pasado definió, ante el pedido de Antigua, que las leyes de los Estados Unidos relacionadas a las apuestas online se enfrentan a sus propias legislaciones. El Acta de Oposición al Juego Ilegal (Unlawful Gaming Enforcement Act) convierte en ilegales los procesos online de pagos de juego realizados por bancos y tarjetas de crédito en los Estados Unidos.
Además, PartyGaming y 888 anunciaron que cesarían sus operaciones en el país una vez que el presidente George Bush ratifique la nueva ley; y Sportingbet, cuyos ingresos provienen en un 70% de apuestas realizadas en Norteamérica, sugirió que para mantener allí sus operaciones, potencialmente utilizarían bancos offshore para hacer sus transacciones.
Nigel Payne, CEO de Sportingbet, aseguró que es posible que sus accionistas no tengan interés en correr el riesgo de que sus ejecutivos puedan ser extraditados desde Gran Bretaña si ello no ocurre. Payne mencionó además que tanto el gobierno británico como la Comunidad Europea se mostraron silenciosamente desilucionados tras acusar a los EE.UU. de proteccionismo.