El acceso al casino a pedido de los familiares, en particular, estaba vedado en el 2001 a 11 personas. El año pasado fueron 60 personas las que ingresaron a esa lista, a fin de impedir que la adicción al juego los lleve a comprometer su salud y su patrimonio. En lo que va del año al menos 35 personas pidieron la exclusión del Casino oficial.
La ayuda a los jugadores compulsivos comenzará este año y se hará, paradójicamente, con fondos que surgen del juego. “Este año vamos a trabajar en la detección de la adicción, en la capacitación de nuestro personal y en la derivación al sector público de salud para contener esta situación”, advirtió Miguel Alonso, interventor del Instituto de Juegos y Casinos de Mendoza.