Rodríguez dejó la puerta abierta para la continuación de las negociaciones. El gobernador se vio obligado a negociar por ley federal un pacto de buena fe con los seminoles para definir las reglas a aplicar en las operaciones de slots. Bush dijo: “Hicimos lo posible. Hay muchas restricciones en estas negociaciones”.
No queda claro la cantidad estimada de dinero que Florida puede perder al no llegar a un acuerdo con la tribu. Bush se opone al juego, y agregó que el asunto ahora pasa al Departamento de Asuntos Indígenas.
Las negociaciones entre el estado y la tribu comenzaron el verano pasado, justo después de que los votantes de Broward County autorizaran las slots en máquinas que guardan las apuestas y computan los pagos. Esto allanó el camino para que dos tribus de Florida negocien un trato para instalarlas en sus casinos, las cuales tienen slots basadas en bingos en lugar de las máquinas al estilo Las Vegas.
Con las máquinas al estilo Las Vegas, el apostador juega contra la casa, mientras con las máquinas estilo bingos, los jugadores de cada máquina compiten unos contra otros. Los seminoles operan casinos en Coconut Creek, Hollywood, Immokalee, Okeechobee y Tampa, mientras que los Miccosukees operan uno en el oeste de Miami-Dade.
Antes de 1988, las cortes permitían que las tribus operaran el juego en sus reservas, libres de la interferencia estatal, ya que la política pública era la de regular y no la de prohibir los juegos. Sin embargo, el congreso promulgó el Acta Regulatoria para el Juego Nativo en octubre de 1988 y le dio a los estados el rol de regular las operaciones tribales de los juegos Clase III, o al estilo Las Vegas, siempre y cuando el estado permita esa clase de máquinas.