Roberto Álvarez Calderón, Robalca para el ámbito hípico peruano, concedió recientemente una entrevista al diario argentino La Nación y aseguró que su nuevo cargo, al frente del Jockey Club Peruano, respondió al pedido de criadores y propietarios. "Me presenté porque las asociaciones de propietarios y de criadores me buscaron. En cierto modo aglutino mucha gente y me entusiasmaron", dijo con cierto pudor el hombre que quiere dar un vuelco a la situación del turf en su país.
"Fue un triunfo rotundo y vencimos a la sede social", explica Robalca, cuya lista casi triplicó en votos a su escolta. Y agrega: "Los directorios anteriores venían del Centro de Esparcimiento (tal el nombre de la parte social del Jockey Club) y fueron malos. Mostraron un gran desconocimiento de la hípica". El periodista continuará con sus tareas al frente de la página especializada en el diario Todo Sport, en la revista Prismático y en el Canal Hípico del Jockey Club. Pero ya está poniendo manos a la obra desde su cargo.
"Queremos contar con un operador, como sucede en Maroñas; ya hay interesados y llamaremos a una licitación internacional. Sería la solución. Si lo conseguimos, nos consagramos", detalla. La propia firma que trabaja en el hipódromo de Montevideo es una de las que se postularían. Los problemas económicos, derivados de la falta de público y la merma en los propietarios, casi una epidemia mundial, son agobiantes en el turf de Lima.
"Tenemos fe en que el hípico vuelva, porque había perdido la confianza. Felizmente, el éxito de los jinetes peruanos en Estados Unidos nos ayuda", se ilusiona el dirigente al que acompañan dueños de caballerizas y profesionales. "Fue una lista muy popular y yo no tengo enemigos", enfatiza. Tal vez ése sea el mejor punto de partida para salir de la crisis.