Miles de almacenes y locales de acceso al público del Gran Santiago albergan actualmente tragamonedas, amparados en el vacío legal que impera en Chile sobre las operaciones de estas máquinas.
Los más preocupados de este fenómeno son Polla Chilena de Beneficencia y Lotería de Concepción, las únicas instituciones autorizadas legalmente para administrar y comercializar juegos de azar. Por esta actividad, el Estado pierde cerca de 30 mil millones de pesos al año (casi 52 millones de dólares), en concepto de impuestos y aportes al fisco y beneficiarios.
A raíz de esto, la Intendencia Metropolitana presentó en febrero de 2004, en conjunto con Polla Chilena de Beneficencia, una querella por asociación ilícita para que se determine mediante investigación judicial, responsables, procedencia, y el sistema financiero y tributario con el que operan.
El Intendente Metropolitano Danilo Núñez, indicó que existe un vacío legal, ya que falta definir y actualizar la ley, además de tipificar las máquinas. De acuerdo a un sondeo de la Polla Chilena, y confirmado por el periódico "El Mercurio", son ocho las comunas del Gran Santiago que otorgan permisos, que ya cuentan con más de 3.000 máquinas en funcionamiento. En este sentido, la Polla Chilena pidió a la Contraloría, que se haga parte en la fiscalización de dichas patentes. La respuesta fue positiva, ya que a fines del año pasado, el órgano contralor decidió incluir el tema en su plana anual de fiscalización, sin determinar las condiciones de la acción.
Quienes poseen máquinas tragamonedas, argumentan que se trata de juegos de destreza. En septiembre de 2004, la propia Intendencia autorizó a los municipios a prohibir los juegos de azar (tragamonedas), y restringir los entretenimientos electrónicos “de destreza". En este sentido, tanto comerciantes como municipalidades han validado sus permisos, con informes periciales que determinan que tales máquinas son de destreza y no de azar. Para el intendente “dichas pericias no tienen validez, ya que en todos los casos, el programa aleatorio determina claramente el azar”.