El contrato actual de la Lotería Nacional Británica, operado por Camelot, expira en 2009 y su renovación fue tema, incluso, del discurso de la Reina como parte del largo procedimiento de la re adjudicación, con un cambio clave: la licencia de la lotería se extenderá de siete a quince años. Esto dio como resultado muchas más compañías que competirán para reemplazar a Camelot ya que le dará, al operador que resulte elegido, seguridad a más largo plazo.
Algunas de las compañías más grandes de Gran Bretaña esperan poder formar consorcios para luchar por la oportunidad de obtener las enormes ganancias que se esperan. Pero cada oferta costará millones.
Con una corta licencia como la actual, los operadores habrían estado menos dispuestos a invertir en nueva tecnología, por el temor de no amortizarlo en ese término. La extensión propuesta alienta la inversión y permitirá al ganador competir en el mercado de juego contra los nuevos casinos.