Trabajadores y empleados de las salas de bingo de Brasil se manifestaron ayer en San Pablo, en una multitudinaria marcha que albergó a más de 20 mil personas. El principal objetivo de la de la protesta era llamar la atención del Gobierno, ya que se estima que unas 300 mil personas perderán su empleo con el nuevo decreto impulsado por Lula.
La clausura de estos establecimientos fue decretada por el Gobierno el pasado 21 de febrero, tras hacerse pública una grabación en la que puede verse a Waldomiro Diniz, asesor del ministro de la Presidencia, José Dirceu, negociando sobornos con un jefe del juego clandestino, en 2002.
Según informó la agencia de noticias Ansa, ya se han programado una serie de manifestaciones para hoy martes en Río de Janeiro, y para el miércoles en Brasilia.