La Democracia Cristiana cuestionó ayer el proyecto de privatización del Casino y, a la vez, advirtió que el Estado debe evitar financiar la proliferación del juego. Según el partido opositor, la ausencia de una política seria en ese sentido, está transformando a Tucumán en una "ciudad garito".
La dirigente Elena Lazarte, quien estaba acompañada por José Páez, aseguró que el casino no puede ser rentable debido a la competencia indiscriminada de locales de juego con libre acceso al público. “Las autoridades de la Caja promovieron y autorizaron esas casas de juego. En aquel momento, no buscaron la eficiencia de una entidad de la que eran responsables”, afirmó Páez.
La versión respecto de un posible proyecto de privatización tomó fuerza tras las declaraciones del interventor de la Caja Popular, Juan Carlos Veiga, quien anticipó que la entidad no sostendrá las actividades deficitarias; entre ellas el casino, el hipódromo y el bingo. La posibilidad de ceder a manos privadas esas actividades es resistida por los trabajadores, quienes consideran que el déficit es producto de la mala administración.