José Miguel Chueca Santa María, director de JMC Gaming Consultants

20 años de LabCert: un hito en la historia de la industria de los juegos de azar en Perú

"De no haber estado LabCert no sé si la historia de nuestra industria sería la misma", señala José Miguel Chueca Santa María.

Director de JMC Gaming Consultants, primera consultora multisectorial en Latinoamérica especializada en la industria del entretenimiento. La empresa posee 20 años de experiencia en el sector y operaciones en seis países de la región.

15-05-2019
Tiempo de lectura 3:47 min
La semana pasada se cumplieron 20 años de la existencia del Laboratorio de Certificación de la Pontificia Universidad Católica del Perú. José Miguel Chueca Santa María repasa su historia.

El pasado 8 de mayo se cumplieron 20 años desde aquella llamada del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR): "Buenas tardes, la autorización para la Universidad Católica ya está firmada por la Dra. Ganoza. Pueden pasar por ella hasta las 5:00 pm o mañana desde las 9:00 am. Traigan su sello por favor".

No tuvimos que esperar. El mismo 8 de mayo de 1999 quedó notificada la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) acerca de su calificación como Entidad Autorizada para expedir Certificados de Cumplimiento para máquinas tragamonedas y memorias de sólo lectura, a través de su Laboratorio de Certificación (LabCert). Así se marcó un hito en la historia de la industria de los juegos de azar en el Perú.

Aquella fue una historia marcada por el esfuerzo de un grupo de profesionales destacados, muchos maestros de la PUCP, que apostaron por este proyecto que les planteara a inicios de 1988, en un almuerzo en la cafetería de Estudios Generales Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú (EEGGLL).

Fueron muchas personas quienes inicialmente colaboraron, pero distintas razones y obligaciones hicieron que no continuaran hasta recibir nuestra autorización. De entre todas ellas quiero destacar el enorme valor y aporte de Joaquín González Mavila, gerente de CTT en ese momento (hoy INNOVAPUCP), David Chávez Muñoz (coordinador de la Sección de Electricidad y Electrónica), Willy Carrera y Raúl del Rosario (profesores principales de la Sección de Electricidad y Electrónica y Jefes de Área), así como los excelentes jóvenes profesionales (¡en ese momento!), César Carranza y Ángelo Velarde, a quienes se sumaron luego Jaime Valdivia Sisniegas (QEPD, uno de los mejores profesionales que he conocido), y Carlos Núñez del Prado. No se puede dejar de lado a Mayte Palomino y Olga Palestini, excepcionales profesionales con la enorme virtud de entender nuestra vehemencia por lograr hacer historia para la PUCP.

Este camino no fue del todo fácil. El primer escollo, la Comunidad Universitaria. Hubo que explicar la esencia técnica, legal y regulatoria de la iniciativa al rector, Dr. Salomón Lerner Febres, quien hizo suyo el proyecto llevándolo al Consejo Universitario para su aprobación. Logrado ello, Joaquín (González) y David (Chávez) gestionaron los recursos e infraestructura necesaria.

Segundo problema, lograr convencer a la DNT y a la Dirección de Casinos, en ese momento, que los peruanos también somos profesionales competentes y serios. Un desafío aparte fue intentar explicar por qué en una universidad de primer nivel como la PUCP existían profesionales capaces de llevar este encargo adelante sin necesidad de incorporar algún elemento extranjero. A veces el mayor pecado es ser profeta en nuestra propia tierra. Afortunadamente pudimos salir airosos y lograr nuestra calificación.

Han pasado 20 años desde que recibimos nuestro primer encargo: la homologación de ruletas Fulgentes Enterprise a pedido de International Capital Corporation, operadora de Vladimir Trajkovski. Siguieron Recreativos Franco y Bally Gaming, por coyunturas particulares. Pero al ver la calidad del trabajo se convirtieron en clientes permanentes de LabCert. Posteriormente a ellos llegaron luego Aristocrat Gaming, Ainsworth Game Technology y Novomatic. El resto fue crecimiento permanente.

Nuestra historia en la PUCP nos llevó a consolidar el 95% del mercado local, lograr nuestra licencia en Panamá y los reconocimientos en Argentina, Chile, Colombia y México. ¿Cómo hacen para terminar tantos proyectos locales y crecer fuera tan rápido? ¿Seguros que cumplen con todo lo necesario? Nos preguntaron alguna vez en una inspección de oficio de MINCETUR. Entendiendo la pregunta entre líneas, respondimos: "Es que mientras otros duermen, nosotros trabajamos".

Y era verdad, fueron años de trabajo muy intenso, creando tecnología que consumimos y exportamos, ampliando nuestros servicios a otras áreas. Pero sobre todo, respetando los principios sobre los cuales nos formó la PUCP. Quienes no nos conocían o, mejor dicho, nos conocían y no nos querían ver triunfar, creaban mitos e historias. Pero lo real es que siempre se cumplió con todo, se respetaron todos los procedimientos y ensayos y logramos un nivel de eficiencia muy alto.

Con el tiempo el desarrollo profesional me llevó por diferentes caminos, todos ellos enriquecedores y buenos, pasando por BMM Testlabs, hasta llegar a fundar JMC, donde ofrecemos todo lo que sabemos de juego. Después de todo, dirigir a dos laboratorios y llevarlos a lo más alto, a cada uno en su momento, es una tarjeta de presentación que muy pocos pueden presentar.

La PUCP (LabCert) ha sido hasta el momento la más audaz y arriesgada apuesta que se hizo en este país, seriamente, en nuestra industria. Luego vendrían uno o dos intentos de copiar el sistema de manera poco clara, pero que naufragaron en el tiempo.

Hoy la situación es otra. La globalización de los servicios y la, de alguna manera, estandarización de las regulaciones, le han restado protagonismo a la PUCP. Pero aquella licencia gestionada a partir de una idea que le propuse a David Chávez en 1988, contribuyó decididamente a lograr que el Perú tomara el liderazgo regional en asuntos regulatorios. Teníamos una buena Ley y un buen Reglamento Técnico, faltaban los brazos ejecutores y de soporte y LabCert fue uno de ellos.

De no haber estado LabCert no sé si la historia de nuestra industria sería la misma. Hay muchas cosas que han sucedido a partir de la autorización otorgada a la PUCP, que el tiempo y la historia viene siendo ingrata en reconocer, pero que deben ser reivindicadas. Por ello es más que justificado celebrar el vigésimo aniversario del inicio de este hito en Latinoamérica.

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