La superintendenta Vivien Villagrán Acuña enfatizó que la explotación de las máquinas de azar sólo puede ocurrir en los casinos de juego. Uno de los interrogantes obligados del debate fue si estos instrumentos son de azar o de destreza.
Máquinas de juego, tragamonedas y otros artefactos de azar no son exclusivos de los casinos en Chile, sino que su presencia es frecuente en esquinas de barrio, almacenes u otros, lo que conlleva a situaciones anómalas entre la comunidad, incluida la vulneración de la seguridad y la proliferación de ludópatas que no pueden tratar su adicción.
Estos son algunos de los argumentos que derivaron en las mociones refundidas que regulan la explotación de máquinas de azar con fines de diversión y esparcimiento. Sin embargo, la afirmación de que son máquinas de destreza es el concepto constante que ampara su proliferación.
Al respecto, Villagrán Acuña remarcó que la ley es clara en materia de juego ilegal y señaló que la explotación de máquinas de azar solamente puede ocurrir en los casinos de juego; por lo tanto, “cualquier explotación que ocurra fuera de esos recintos está considerada ilegal”.
Además, agregó Villagrán, “se abordaron otros temas que tienen que ver con el juego responsable, la ludopatía y cómo enfrentar la fiscalización desde un esquema basado en la supervisión de riesgo. Ahí la ley sí tiene algunas restricciones y limitaciones y en ese contexto se requiere una ampliación de los marcos y facultades”.
Los senadores integrantes de la Comisión estuvieron de acuerdo en abordar la materia teniendo en cuenta a los diferentes actores involucrados —Policía de Investigaciones, Ministerio Público, Carabineros, entre otros— y adelantaron su disposición por generar una legislación clara para evitar las apuestas ilícitas.
Asimismo, indicaron que desde una perspectiva social, pese a la ilicitud de esta clase de juegos, en la práctica se demuestra que en paralelo a la industria legalmente establecida, en Chile se estima la existencia y operación de 600 mil máquinas de azar, en principio ilegales, pero que en algunos ámbitos locales fueron autorizadas sobre la base de interpretar las normas legales aplicables en el sentido de entenderlas como juegos de destreza.
“Este mercado se caracteriza por encontrarse distribuido en las grandes centros urbanos de todo el país, en que basan su funcionamiento a través de ordenanzas, emanadas de las respectivas municipalidades donde funcionan, autodefiniéndolas como máquinas de destreza y no de azar a fin de evitar ser reguladas y fiscalizadas por la autoridad respectiva”, se detalla en el proyecto de ley en estudio.