Eduardo Torres, presidente del Instituto Provincial de Loterías y Casinos de Misiones (Iplyc), sostiene que la reciente clausura de Miljugadas es correcta, pero ineficiente: “Parece un acting para la foto. En su momento, en esa misma fiscalía que tomó la decisión, denunciamos tres mil páginas clandestinas de apuestas online. Hoy operan más de siete mil y recién ahora cierran un sitio”, disparó.
A su vez, cuestionó la actuación del fiscal Martín Lapadú, quien ordenó la clausura y el bloqueo del sitio de apuestas www.miljugadas1.com por organizar y promover juegos de apuestas sin autorización: “Hizo lo que tenía que hacer, no le quedaba otro camino. Cuando clausuraron MisionBet, el sitio de apuestas de la Lotería de Misiones, recibimos la solidaridad de otras loterías provinciales y la denuncia se hizo pública a raíz de las repercusiones en otros medios. Sigo sosteniendo que la actuación de la fiscalía es altamente preocupante y sospechosa. Sabemos que hay intereses detrás de estas actitudes, porque si no tendrían que actuar también contra PokerStars.net, que hace publicidad en la televisión pública, pero parece que Lapadú y la Lotería Nacional no se enteran”.
Según el titular del Iplyc Misiones, es necesario regular el juego online. “Nosotros hicimos el primer Congreso Internacional de Juego Online porque sabemos que, pese a que muchos se resisten, es lo que se viene. El juego online es una tendencia mundial inevitable y los conservadores se van a quedar en el camino. Sin embargo, las loterías provinciales somos incapaces de ponernos de acuerdo para lograr un reglamento de juego online y es una pena, porque todos los ataques al juego oficial van a favor del juego clandestino”, dijo.
A su vez, se mostró interesado en analizar la posible creación de una Agencia Federal del Juego, siempre y cuando se respeten los intereses de los misioneros. “Si bien el gobierno nacional no tiene ningún rol en esta discusión, porque las provincias tienen jurisdicciones federales, estamos dispuestos a conversar”, adelantó.
Para Torres, “la Asociación de Loterías Estatales Argentinas (ALEA) se transformó en un organismo prehistórico, con funcionarios que sólo sirven para viajar”.