Hoy a media mañana habrá una asamblea en ALEARA para analizar los pasos a seguir. Desde el sindicato aseguraron que “la idea siempre es evitar que se adopten decisiones que puedan provocar problemas o incidentes en la vía pública”.
Los trabajadores debatirán el reclamo del pago de las indemnizaciones, que rondan los $ 50 millones (unos 3 millones de dólares), o el reacomodamiento de los aproximadamente 500 trabajadores, entre juegos de azar, gastronómicos y seguridad. En algún momento, se barajó la posibilidad de darles prioridad para cubrir vacantes en otras empresas del sector, incluso de la provincia de Buenos Aires, o en organismos del Estado.
“En un gesto de buena voluntad del gremio y de los propios empleados se resolvió ayer que los bingos cerraran sin disturbios. Ahora, esperamos que Lotería Nacional, el Ministerio de Trabajo y las empresas actúen con la misma responsabilidad”, concluyeron.
Deudas y contratos vencidos, las causas del cierre
Los cinco bingos porteños tenían los contratos de concesión vencidos y, además, mantenían una deuda de 260 millones de pesos (cerca de 20 millones de dólares) con Lotería Nacional por la falta del pago de los cánones mensuales. Estas dos razones habrían sido determinantes para la decisión que adoptó Lotería Nacional.
Sin embargo, los trabajadores de los bingos confiaron que la interrupción del pago de los cánones había sido consensuada entre los operadores de los bingos y Lotería Nacional para que las empresas puedan afrontar los sueldos y gastos de mantenimiento.
Las indemnizaciones de los 500 trabajadores son responsabilidad de los operadores que podrían presentar la quiebra. En ese caso las alternativas, según Aleara, son entablar juicios contra el Estado o que Lotería Nacional se haga cargo. Lo que queda claro es que no volverán a trabajar en bingos porteños.
"No habrá más bingos en la ciudad de Buenos Aires. Nos propusimos que no crezca un paño más ni una máquina más", dijo ayer el vicejefe de gobierno, Diego Santilli, al diario La Nación.