La provincia brinda acompañamiento terapéutico y contención a quienes padecen ludopatía

Más de 350 personas se autoexcluyeron de las salas de Entre Ríos, Argentina

(Argentina).- Desde su creación en mayo de 2008, el Departamento Prevenjuego -dependiente del Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social (Iafas) de Entre Ríos- registró 350 formularios de autoexclusión.
28-01-2014
Tiempo de lectura 2:39 min
(Argentina).- Desde su creación en mayo de 2008, el Departamento Prevenjuego -dependiente del Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social (Iafas) de Entre Ríos- registró 350 formularios de autoexclusión.

Se trata de documentos que firman voluntariamente las personas que se acercan a pedir ayuda por su ludopatía y que, para recuperarse de ese cuadro, solicitan que no se les permita el ingreso y la permanencia de ellos mismos en recintos donde hay juegos; esto es, en casinos y salas de entretenimientos; por espacio de un año. 

El formulario de autoexclusión es una de las herramientas con las que cuenta Prevenjuego y su equipo de psicólogos para colaborar con la prevención y lucha contra la compulsión al juego, un patrón de conducta que atenta contra la salud de las personas.

Las funciones de Prevenjuego incluyen, además, el acompañamiento terapéutico y la contención a las personas que están buscando una salida a su problema.

Con la gran oferta de entretenimientos en la provincia, que actualmente consta de diez casinos y 20 salas tragamonedas, el ente regulador de los juegos de azar -Iafas- creó Prevenjuego: un servicio de información y orientación al apostador, que tiene la finalidad de prevenir, asesorar y orientar al jugador compulsivo y a aquellos familiares directos involucrados en el padecimiento del problema.

El programa funciona en una oficina ubicada en calle Urquiza 494 de la ciudad de Paraná, un lugar físico alejado de lo que son las dependencias del Iafas, para allanarle al jugador compulsivo el camino hacia el pedido de ayuda.

Al frente de Prevenjuego se encuentran dos licenciadas en Psicología. Una de ellas, Iris Carolina Molina (MP 914), explicó a El Diario lo que el Departamento realiza ante la llegada de cada persona: “El primer paso es el formulario de autoexclusión, que es voluntario. La persona tiene que presentarse en la oficina, en el caso de que sea de Paraná, y voluntariamente solicitar que se le saque una foto, llenar el formulario con sus datos y firmarlo”. Para quienes viven en otra localidad, el primer paso es acudir al casino o la sala de su ciudad y solicitar allí el formulario en cuestión.

Todos los documentos -que forman parte de un registro que maneja Prevenjuego- son enviados a cada casino y sala de la provincia, tanto por correo electrónico como por el sistema de correspondencia interno del Iafas, para poner en conocimiento a los jefes de Sala, de Seguridad y/o de Vigilancia de los nuevos individuos que decidieron autoexcluirse. En virtud de la confidencialidad de la información y las fotos, únicamente ese personal puede acceder a los formularios.

Debido a que el ingreso a los casinos y salas de entretenimientos del Iafas es irrestricto para todas las personas mayores de 18 años, es decir que no se solicita identificación al público, quienes firmaron la autoexclusión podrían volver a entrar a estos recintos. “Ellos saben que pueden sortear la seguridad de la entrada; por eso, muchas veces, el punto es la permanencia. En cuanto el personal de Seguridad y/o Vigilancia detecta la presencia de una persona que firmó la autoexclusión, se la invita a retirarse amablemente, recordándole lo que firmó oportunamente”, explicó Molina.

Paralelamente a la firma del formulario, el equipo de Prevenjuego realiza la asistencia psicológica y el acompañamiento terapéutico a la persona que padece ludopatía, por espacio de un mes. 

“Registramos una alta inasistencia a los encuentros pero siempre, en todos los casos, sugerimos que continúen el tratamiento de forma particular con un profesional de la salud mental”, explicó la psicóloga. Y agregó que “la contención es fundamental durante el período de abstinencia”; en tanto que “el apoyo familiar es muy importante para poder recuperarse”.

Si bien Prevenjuego no lleva estadísticas del perfil de las personas que han acudido al Departamento a solicitar ayuda, la tendencia demuestra que la ludopatía afecta tanto a hombres como a mujeres, y que las edades más vulnerables son entre los 30 y 40 años.

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